Movilizar a
150 chicas y chicos de 10 y 11 años no es tarea fácil. Enseñarles una coreografía,
explicarles el sentido de lo que hacen, mantenerles atentos, evitar que se
aburran en los ensayos, coordinar sus posiciones, conseguir gritos, y lograr
silencios. Tiene su dificultad, pero también su premio. Cuando hemos acabado de
filmar este lipdub que vas a ver, hemos reunido a todos los compañeros y hemos
hecho balance de la actividad. 15º personas muy distintas, cada uno con un
cartel que decía que era solidario. Con una estrella que decía que era europeo.
Con un compañero a su lado que le decía que sin su ayuda no lo iba a lograr.
Cuando
empezó era solo un divertimento, pero ahora su sonrisa y su silencio cuando les
hablamos, con las caras llenas de sudor y el corazón sin resuello, es algo más.
Seguimos sembrando.
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